martes, 9 de agosto de 2016

A LAS HIJAS por CECILIA RAMÍREZ ORELLANA

En su cumpleaños 2015


*Esto es algo que cuando leí por primera vez me llenó de emociones. Es de mi mamá, quien un día pensando en mi lo escribió. Creo hacer bien al compartirlo con ustedes para que, si tiene hijas e hijos, lo hagan suyo. 


Cuando Dios nos quiso mandar palabras, casi ecos de nuestras palabras; cuando nos quiso dar alegrías, confidentes, escuchas, cómplices; tomó un pedazo de nuestras almas mientras teníamos el mejor de los sueños y en una mezcla de esperanza, de mágica ternura, de sabiduría y de amor infinito moldeó a nuestras hijas.

Les dio una inmensa capacidad de consuelo, todo un universo de compañía, todas las sonrisas necesarias para alejar nuestras tristezas. Toda esa erudición de la que hacen gala cuando menos lo pensamos y esa capacidad innata de intuir nuestras preocupaciones, de ordenarlas, calificarlas y por último desaparecerlas.

Nos dio su presencia para exorcizar la soledad, para alejar todo presagio, ¡toda pena! 
Cuando Dios nos dio a las hijas nos dio ángeles, gracias Señor por mi María Cecilia.


Cecilia, agosto 2011.