Pensando, y no muy poco, mucho, considero que los que se
formaron en la universidad para ser periodistas lo hicieron con el afán de
estar en un medio de comunicación, y es cierto, los que hacemos el trabajo de estudiar
y buscar oportunidades llegan al aula con la convicción de entrar al medio
soñado. Mi caso es de afirmar lo dicho, pero seguro muchos llegaron al ruedo académico
sin estar seguros de que, en caso de llegar a un medio, valga mencionarlo de
nuevo, sea radio, tv o prensa escrita, será para informar, investigando y entrevistando
a personajes de toda índole social, racial y económica dentro de múltiples
actividades.
Y aquí va el por qué mi introducción… me llama la atención como,
en un minuto, se va al tacho la imagen de un comunicador, una sola frase puede liquidar
la admiración y respeto que se pudo tener hacia aquel periodista que figura día
a día en la pantalla. Confirmar lo que otros dicen duele, y mucho, ya que se
espera estar vinculado con profesionales que podrían actuar igual, no pensar, es
imposible, pero si actuar dentro de los cánones de conductas y teorías dadas en
la materia que se recibió en 4 o 5 años que dura la carrera universitaria. Hoy
la decepción me llego de golpe… un periodista, contemporáneo, conocido y
admirado le “entró a golpes” a mi alma de colega; tanto que me motivó a
escribir estas líneas que esperan en algo crear un poco de conciencia y
responsabilidad con el micrófono.
En pantalla, a un talento que había roto su relación, se le preguntaba
cómo estaba su corazón; este muy ameno respondía que todo bien y que ya se había
acabado la situación romántica; pero el periodista insistiendo cayó en términos
fuera de lugar, con afán de sacar una respuesta acorde a su pregunta… fue
terrible, de vergüenza ajena, de impacto por la falta de tino… ¡preguntar algo
de índole sexual cuando la famosa en cuestión respondía tranquilamente sobre su
pasado amor y la poca posibilidad de retomar ese amorío. La risa no faltó en
pantalla, no sé si fue por no mostrarse ofendida y nervios o quizá, lo que no
espero, con simpatía ante tal barbaridad.
No es cuestión de preguntar lo que sea… ¿será acaso esto siempre
que motive a realizar entrevistas? NO, en prensa rosa las interrogantes deben ser
siempre pensado en el respeto, la buena información, el profesionalismo, el
buen ritmo en la conversación, la aceptación a cada uno los cuestionamientos y
otros factores que hacen un encuentro periodista-personaje ameno y con el fin cumplido,
informar correctamente para un público. No se puede confundir el periodismo de farándula
con un tipo de entretenimiento que podría ser para un público distinto y que se
capta en un horario nocturno. Se debe estar pendiente del tipo de medio,
frecuencia, estilo, contenido de cada segundo y jamás olvidar a quien se está
emitiendo. Todo esto aplica a la radio y diarios.
Sin duda alguna respeto el trabajo de los demás en cada una
de sus ramas; pero si bien es cierto, hay comunicadores no preparados, pero con
la capacidad que los catapulta a ser portadores de micrófono, se debe tener en cuenta
su intención al momento de hablar con otros, no por eso se justifica que para
abordar a los demás hay que permitir que se escapen palabras desatinadas, eso se
perdonaría del entrevistado no del reportero, encargado de direccionar la entrevista.
El confundir lo ameno con lo vulgar está casi cruzando
fronteras, no lo permitamos, seamos periodistas asertivos, sagaces, de buena impresión
laboral, con estilo propio y ganas. No hagamos del sensacionalismo algo negativo,
este siempre está día a día en los medios, y es justo para generar sensaciones en
los públicos de acuerdo a lo que expongamos como noticias. Seamos dignos de una
prensa rosa buena, profesional y completa a la hora de hablar de temas ‘faranduleros’
y del tópico que sea; debemos estar
prestos a dar y seguir las noticias, no olvidar que nos educaron para informar,
y es una ironía que estando en la universidad nunca veamos cómo manejar este
tema; (nunca vi farándula como materia y creo que nadie) el camino me llevó a
la oportunidad laboral y no la dejé pasar, pero no permití cruzar la línea de
mis preguntas ni la línea del y hacia el entrevistado. Creo que es algo de acervo, de esencia
ya que mi gran problema es que amo esta carrera, y me he convertido en una crítica
constante. Me equivoco, y bastante, espero me lo hagan saber, pero no puedo
dejar pasar detalles que son dirigidos a un público masivo, que sigue con
curiosidad temas que consideran de su interés.