El poderío de la mujer, el que no se conoce
hasta que se empodera de su alma, que grita y rompe por los ojos como ríos cuando
quiere desbordarse a causa de la luna y sus poderes.
El poderío de una mujer comienza desde el vientre
de su madre, quien con el poder del amor la formó, como a sus semejantes
masculinos, pero es ella quien con dominio de sentidos y estilo en su actuar marca
el ritmo de la vida, de los caminos, de los estados, del mundo.
El poderío de la mujer es individual y nos
pertenece a todas, busca siempre la fuerza en el alma, en su reflejo, y cuando
necesita paz, recurre a los ojos de quien se puede amar.
La fuerza, su corazón, su garra, su ahínco por
la vida, por la superación, por ser quien desee ser por sí misma y por los que la
rodean, por los que quiere.
Ella decide sobre cada cosa, sobre ladrillos
que van uno sobre otro para erigir un palacio, para llevarlo por las nubes con
su familia, con su amado.
Poder que tenemos todas, que debemos saber
sacar a flote como pez que busca la superficie para conocer al sol.
Diferente, valiente, decidida, amante, loca,
sumisa ante quien amaría, guerrera ante el desamor, ardiente de pasión, cuerda ante
la sinrazón y recta por la línea de sus principios… es ella.
Hoy nos demandan, por ser cada día más trabajadoras, más creíbles, las de la palabra certera, directas, limpias y profundas como el mar y de quien la busca para cambiar su mundo metiéndose en un océano de sueños y metas cumplidas.
La mujer y su incorrupto poder siempre llegando
lejos, para hacer mejores cosas, por ella, por todos. Pero que este poderío no
te venza, que no fluya desbocado, que no rompa el cántaro, que no se riegue por
el suelo la credibilidad nunca. Hoy nos demandan, por ser cada día más trabajadoras, más creíbles, las de la palabra certera, directas, limpias y profundas como el mar y de quien la busca para cambiar su mundo metiéndose en un océano de sueños y metas cumplidas.
2015.
@machemoreno